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Capacidad de carga y sostenibilidad en el turismo actual, el camino hacia el turismo inteligente

Capacidad de carga y sostenibilidad en el turismo actual, el camino hacia el turismo inteligente

82 millones de turistas internacionales visitaron España en el año pasado, el segundo destino turístico a nivel mundial por excelencia. Este dato es además bastante llamativo si tenemos en cuenta que la población del país es casi la mitad, 46 millones.

Con estos datos en la mano, nos podemos plantear, ¿cómo afrontamos los diferentes destinos españoles la gestión de esta avalancha de turista? En esta reflexión me gustaría abordar el análisis de la capacidad de carga de los recursos turístico con el objetivo de hacerlos sostenible tanto en el tiempo y en la forma, como en el modelo de desarrollo y gestión.

En primera instancia, el concepto de capacidad de carga tiene su origen en la crianza del ganado para indicar y estimar el nivel permitido de explotación, esto es, los primeros estudios sobre la capacidad de carga se ejecutaron en el campo de la Ecología y la Biología para estimar la cantidad de ganado que podía estar en un ecosistema sin dañarlo. Ello implica una explotación potencial sin causar deterioro en el ecositema. Posteriormente, esta idea fue aplicada al turismo para dar lugar a la capacidad de carga turística.

Entendiendo en origen del concepto, es fácil comprender como la capacidad de carga turística trabaja la medición del número máximo de personas que puede albergar un espacio en concreto sin verse afectado negativamente. El impacto al que hacemos referencia no sólo tiene connotaciones ambientales, sino también sociales, debido a que a partir de la medición de la capacidad de carga se fomenta la convivencia entre turismo y población local. Además, el impacto en la economía local viene determinado por la eficiente inversión monetaria, al trabajar sobre un modelo sostenible en el tiempo y en la forma.

En este sentido, es clara la relación del análisis de la capacidad de carga con el cumplimiento de los tres pilares de la sostenibilidad (económica, social y ambiental). Asimismo, se sobre entiende que a través de su aplicación disminuyen de forma consecuente los efectos negativos del turismo, que han dado lugar a la aparición del concepto de “turismofobia”.

Volviendo al comienzo de este escrito, dónde mencionaba las cifras del turismo en España, me gustaría destacar que los archipiélagos de Baleares y Canarias son, respectivamente, el segundo y tercer destino más visitado de nuestro país. Hecho que me hace pensar en otro concepto como la “carga poblacional” en las islas con mayor peso turístico. La distribución no equitativa de la población da lugar no solo a problemas ambientales, como, por ejemplo, elevados consumos de agua y energía en puntos concretos, sino también estructurales, como son la saturación de servicios.

Determinados destinos turísticos españoles, como Andalucía o Canarias están trabajando la capacidad de carga a través de su regulación o estudio. La perspectiva de futuro es el camino hacia el concepto denominado “Destinos Turísticos Inteligentes” – enmarcado en el Plan Nacional e Integral de Turismo 2012-2015, el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes y la Norma UNE 17850– que plantea un modelo turístico que incorpora la experiencia adquirida en años de desarrollo turístico capaz de hacer frente a los retos que exige el entorno actual, donde la SOSTENIBILIDAD es un elemento clave.

Un destino turístico innovador, consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia, que garantiza el desarrollo sostenible del territorio turístico, que promueve la accesibilidad universal, que facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino y mejora la calidad de vida de los residentes.

Dado el liderazgo de España como destino turístico mundial, si queremos seguir siendo competitivos en un mercado cada día más global y complejo se antoja necesario apostar por nuevas fórmulas de gestión turística que den respuesta a los grandes cambios y desafíos de nuestra época, como son la globalización del fenómeno turístico, la irrupción de nuevos mercados competidores (la mejora económica y social de muchos países en vías de desarrollo, hoy denominados emergentes, ha elevado su marca país y su nivel de atractivo como destino turístico), los cambios de hábitos e intereses de los turistas (que ahora son el centro de la cadena de valor), la inversión de la pirámide demográfica (la generación baby boom de nuestros principales mercados emisores –Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia– acaba de entrar en la edad de jubilación), los retos de la estacionalidad, la creciente importancia de la sostenibilidad en los desarrollos turísticos y, sobre todo, el cambio hacia una sociedad que gira cada día más en torno a las tecnologías de la información.

En definitiva, los destinos turísticos inteligentes hacen referencia a un concepto muy amplio, cuyo objetivo principal es transformar nuestro modelo turístico tradicional en un modelo inteligente, alineado con la sociedad del conocimiento y la economía digital. Un proceso necesario para mantener e incluso fortalecer el liderazgo turístico de España y su competitividad en el panorama internacional.