Capítulo III

Bueno es manifestar las buenas obras, pero todavía mejor ocultadas y derramadas en el seno de los pobres (El Corán).

Llegan al café dos amigos de Jimi, interrumpiendo la conversación a la que hemos asistido hasta este momento. Los recién llegados se llaman Omar y Michel, Jimi quiere que Jazmín los conozca, piensa que de ese encuentro puede surgir una relación conveniente para todos. La mujer los acoge con cierto escepticismo, se encontraba cómoda a solas con Jimi, quizá piensa que no era necesario incluir nuevos interlocutores a este encuentro, y mucho menos a dos personas que no conoce. Desde el principio, siente una cierta animadversión por uno de los recién llegados, y no le importa dejar bien a las claras ese sentimiento. Las presentaciones dan lugar a rápidas rondas en las que cada uno habla de su vida, de sus proyectos, de sus trabajos o de su situación familiar. Jimi lucha desaforadamente por recuperar el ambiente de confianza y relax que había presidido el encuentro hasta esos momentos, y poco a poco lo va consiguiendo.

La tarde parece transcurrir sin demasiados sobresaltos, acomodados los cuatro en la calidez que ofrece el café. En un momento dado, Omar se retira a rezar a un reservado, lo que da lugar a que la conversación se dirija hacia el tema de la religión.